¿Por qué callamos? La importancia de expresar nuestra voz
- rccrecreo
- 2 mar
- 2 Min. de lectura
Descubre cómo el miedo a incomodar afecta nuestra autenticidad.
Nuestra voz, nuestra forma de pensar y vivir, tiene peso y no solo merecemos, sino que además necesitamos expresarlo. Muchas veces callamos simplemente porque nos domina el miedo a incomodar a los demás. Una fuerza interior —nuestra voz interior— quiere ser clara, pero tememos ser malentendidos, juzgados o incluso perder afectos, amistades y relaciones. Terminamos cediendo y guardándonos aquello que sentimos y pensamos.

Esa fuerza que nos alienta a callar como una forma de evitar conflictos es completamente insana. La misericordia y la verdad siempre se besan. La misericordia no puede convivir con el silencio que adolece de claridad y se mueve en una nube de mentiras o medias verdades. El temor a no molestar con nuestras opiniones es insano y puede hacer que no estemos parados en la realidad y lleguemos a mostrar y representar aquello que no somos, sino aquello que los demás quieren que seamos.
Ser claros con nuestros valores no nos conduce ni puede implicar ser agresivos, prepotentes o egoístas que buscan protegerse o aislarse. Sólo se trata de vivir en la verdad, ser auténticos en la caridad. Auténticos en nuestras afirmaciones, palabras y gestos, lo cual comienza muchas veces lentamente, a cuenta gotas. Quebrar el mandato de “callar siempre” es posible con pequeñas afirmaciones: “para mí esto es importante”, “que abra mi boca siempre con justicia” (cfr. Prov 31,8-9); “aprecio que me escuches y aprender a escuchar”.
Animémonos a vivir un nuevo tiempo donde la palabra y el gesto oportuno y verdadero edifiquen relaciones más humanas, realistas y, sobre todo, cimentadas en el amor."
Mi Buen Jesús, tú eres la Verdad y la Vida,
te suplico la gracia de ser siempre auténtico y fiel a la voz interior
que Tu Santo Espíritu suscita en mi.
Ayúdame a vencer el miedo a incomodar a los demás
y a expresar con valentía pensamientos y sentimientos,
sin temor al juicio o al rechazo.
Otórgame la fortaleza para ser claro y fiel a Tu Evangelio;
que la misericordia y verdad se besen en cada palabra y gesto.
Quebranta el mandato que tengo en mi grabado: "callar siempre".
Concédeme, Señor Jesús, sabiduría para hablar con justicia,
paciencia para escuchar con amor
y coraje para construir relaciones más humanas y verdaderas,
cimentadas en el amor que tú me enseñas.
Amén.

PsicoPax
©PiedrasVivas
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