El amor del corazón de nuestro Padre
- rccrecreo
- 17 mar
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Los hombres pueden ser de gran diversidad: oscuros, impuros, leprosos, hidrópicos y enfermos, o mismo estar bajo un hechizo por seguir consejos maléficos del diablo. Pueden ser tontos o tercos para no ver los bienes del Señor, que merezcan acusaciones y reproches por sus innumerables olvidos, debiendo practicar la justicia y practicando el mal, rechazando el bien y despreciando la cruz y el martirio del Señor. A pesar de todo eso, Dios Padre tiene siempre una mirada plena de bondad por su obra hecha de barro y mira a sus hijos como un Padre y los lleva a su pecho. Porque es Dios, tiene por sus hijos el amor de un Padre pleno de cariño. En su corazón, el amor por los hombres es tal que su Hijo fue llevado a la cruz, como un manso Cordero…
Pero hay también entre los hombres, muchos que están bellamente adornados con el precioso tesoro de las virtudes…
Santa Hildegarda de Bingen (1098-1179)
abadesa benedictina y doctora de la Iglesia Scivias, Los caminos de Dios, 4 (in “Hildegarde de Bingen, Prophète et docteur pour le troisième millénaire”, Béatitudes, 2012)
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